
No puedo creer en las palabras, el tiempo me ha enseñado a ser cautelosa y
solo escuchar lo que debo escuchar.
No puedo creer en las promesas, la vida me ha enseñado que estas se las lleva
el viento como un huracán.
Y las ilusiones se desvanecen en el camino, cuando has creído y sentido los
sentimientos del amor tan cerca y hasta lo has olido.
Y llega el desencanto, la desilusión, mil sentimientos acumulados y te das cuenta
que todo lo compartido y entregado no ha sido lo suficiente
para hacer feliz en quien confias, en quien colocas tantas esperanzas y
sientes en el alma.