viernes, 19 de junio de 2009

LLUVIA


Algunas veces pienso que mi vida

es sórdida, vacía y sin sentido.

Hay momentos en que siento que todo

cuanto hago cada día no me llena

ni le veo sentido ni destino

a la vida que llevo. Siento entonces

que no hay una claridad,

que hay cosas que me dan satisfacciones

y qué quizá no sé cuidar de ellas

porque no soy del todo consecuente

con lo que siento, pienso y desearía.

Lo que es un sueño hoy quizá mañana

se convierta tan sólo en espejismo

y la vida transcurre día a día

sin entusiasmo, lánguida, aburrida…

Por suerte sólo pasa algunas veces,

pero cuando me siento de esta forma

no tengo ganas de dar explicaciones,

me encierro entre mis dudas y mis miedos

y prefiero pensar sola y tranquila,

en días de lluvia.


Mente


Intento darle forma a lo que siento,

expresar de una forma coherente

la concatenación de sensaciones,

ideas, sentimientos y emociones

que se suceden dentro de mi mente…

pero no soy capaz, cada palabra

que escribo no es bastante, no describe

lo que ahora pienso y siento.

Sólo queda esperar que llegue el tiempo

en que por fin consiga comprender

y expresar claramente con palabras

todo ese remolino sin sentido

que siento que transcurre aquí, muy dentro.

Esperaré la luz que ha de llegar

tranquila, sin angustia, con paciencia,

y mientras tanto espero una palabra

que me haga recordar que a pesar de mi soledad

hay alguien quizas que ilumina mi ruta

y me ayuda a encontrar la luz que busco

a tientas en el fondo de mi mente.

LOS AÑOS

Pasan los años y el cuerpo se va haciendo

más lento y más pausado, nuestros huesos

ya no responden de la misma forma,

los movimientos cuestan y el cansancio

no tarda en presentarse cuando toca

hacer algún esfuerzo. Sin embargo,

el corazón experimenta y siente

con toda la pasión que siempre tuvo

y el sentimiento del amor renace

con el gozo sin par de disfrutar

de nuevo de esos ojos tan queridos,

de esa sonrisa amada. La alegría

nos llena el pecho casi con más fuerza

que en nuestra adolescencia, ya lejana.

Es como si el declive de la carne,

los huesos y la sangre nos llegaran

con un proceso inverso en que la fuerza

de la pasión y el sentimiento tierno

compensaran gloriosa y plenamente

la débil condición, la pesadumbre

de la sangre y los huesos.


Hay momentos inciertos, sin sentido

en que la luz me falta y no comprendo

cómo encontrar el rumbo en mi camino.

El aire está cargado de preguntas

y falta la alegría, el entusiasmo

para enfrentarme con un nuevo día.

La vida deja de tener colores

y el tiempo pasa lento, gris, vacío.

En torno sale el sol o cae la lluvia,

se oye soplar el viento y es igual.

Todo me da lo mismo, estoy vacío,

me siento desganado, la ilusión

por construir mis sueños se ha perdido